jueves, 12 de enero de 2017

Resulta que lo Real era más Mágico...

Después unos cuantos viajes,
Viajes que tenian diferentes entradas pero iguales salidas...
Viajes tipo laberintos.
Viajes cortos. Viajes largos.
Mismo punto de partida.
Mismo punto de no retorno.
Mismo punto de llegada.
Viajes largos y cansadores...
Desgastantes. Agotadores.
Llenos de adrenalina.
Llenos de peligro.
Llenos de luz y oscuridad.
Viajes excitantes.
Y viajes con la promesa de un mañana diferente.
En  esos viajes uno se encuentra con mil promesas de un futuro mejor.
Viajes llenos de fantasía. Puf... promesas de paz interior.
Promesas de aceptación imperecedera. 
Amor eterno.
Amor de película.
Les podría hablar mil horas de esos viajes.
Pero... ¿Por qué siempre terminaban igual?
¿Eran acaso un espejismo? Es que caminabas sin caminar.
No eran reales esos pasos, hermano. Te alejabas a un espacio alejado de este, tu universo.
Estrellas eternas.
Que, in the end, eran linternas de plástico con las que jugabas a ser luciernaga.
Te podría seguir contando más...
Pero viste cuándo qué curioso encontrar buscando sin buscar.
Y no es que ya encontraste un nuevo destino hacia dónde caminar. 
No es nada. Todavia no diste ni un solo paso... pero llegaste al final del viaje.
Porque de tanto buscar magia en lo irreal te olvidaste de algo importante.
No hay nada más mágico que lo Real. 
Porque está.
Porque es.
Porque tiene futuro... y no un futuro escrito por impulsos de controlar paso a paso de tu viaje.
Hermano, no podés saber qué sucederá cuando te animes a caminar este nuevo camino.
Pero es Real. Existe. Y de este viaj, ya real, podés contactar lugares tuyos inexplorados.
Y aterra. Lo sabemos. Pero ya no hay más que temer... hay más por vivir.

Pucha, che... Resulta que lo Real era más Mágico.


"It's funny how sometimes... you find things."
HMYM



jueves, 12 de noviembre de 2015

Quiera o no

Aunque en vano resista,
Con cada lágrima, con cada gota de sudor,
El inevitable paso de la misma noche...

El sol sale igual, y brilla aun más fuerte.

Aunque llore... grite... implore...
Me revuelque en este barro que es tu piel,
La Vida sigue. Vos también. 
Historia es. No hay vuelta atrás.

Te veo en fotos, te escucho en risas,
Te canto en las vías del tren.
A tu fantasma, de tanto en tanto,
Le cuento como fue el Ayer.

La vida sigue. La lluvia para.
De tallo flor vuelve a nacer. 
Me gusto o no,
Me sirva o no,
El cielo es de este color. 

Soy yo.
Culpable yo. 

Resistiendo acá, desesperado voy.
De puerta en puerta, preguntando
Si en todo fui el perdedor.

                              Y vos....                                                                                            allá
Y yo... acá.

La vida sigue. 
Quiera o no.

lunes, 9 de febrero de 2015

Mi última carta



Una vez soñé que te veía. Se lo atribuí a un mal sueño. Se lo deje al inconsciente. Si hubieras de ser real, lo serías, no un sueño. Lo pasé por arriba, como quien despierta y olvida. Y lo olvidé, pronto lo olvidé.  Pero, contrario a toda posibilidad estadística, te volví a soñar. Pero esta vez fue diferente. El sueño no era tan falto de coherencia. El sueño no era tan blur. Esta vez fue diferente. 

Era de noche. Las luces cálidas de la calle se entrecortaban con las hojas de los arboles.  Había una brisa fresca y suave. Te pedía que te fueras, pero en mi voz había una melodía que suplicaba que te quedes. Me mirabas. Sonreías. Era una parada de colectivos, recuerdo. Quizás me tenía que volver a casa y vos me acompañaste hasta ahí. Quizas. Era de noche, y no era seguro. Pero no te ibas a ir. No querías. Quizas. 

No te podía mirar a los ojos. Era innegable que, a esa altura, ya te amaba. Quizás. No podía decirlo, seguro. Mi intensidad siempre camina caminos más cortos, que mueren en mares de olas feroces. Yo no sé querer, sé solamente amar con locura. Eso sentía. 

Precipicio. 

Pero tu mirada era paz. Tu mirada era lago, la mía mar. Tu voz era brisa, la mía huracán. Eso sentía, aunque suene cursi, aunque suene a poesía barata. Eso sentía. 

Y era un sueño, lo sé. Pero desperté envuelto en tanto amor. No podía serlo. No existía posibilidad de que un sueño fuese tan real. Me negaba a pensar que era un sueño. Eras real. 
No nací con la virtud de la paciencia. No soy muy hábil para esperar. No soy muy flexible al fluir natural del universo. Tan falto de fé, me cuesta confíar en que haya un plan. Creo fervientemente en el destino, pero no sé dejarlo ser. ¿Qué es el destino sin tiempo? Un cuento. Una fantasía. Un sueño. Y, claro, eso eras. Un sueño. 

Dormí mil noches esperando volverte a soñar. Te escribí mil cartas. Te puse un nombre. Te di entidad en mi vida, aun sin cuerpo. Te necesite. Te extrañe. Te hablé. Te pedí. Te confesé. Te convertí en parte de mi camino. Te busqué en mil miradas. Te busque en mil bares. Te vi en miles de películas de amor. Y, poco  a poco, fui perdiendo Fé. Pinchado, derramé lentamente mi Fé sobre la alfombra. No eras real. 
Esta es mi última carta:

E,
Hola. Te vuelvo a escribir, perdiendo la cuenta ya de cuántas cartas te escribí en estos dos años. Te vuelvo a escribir para despedirte (no despedirme, despedirte) y lo hago con un profundo dolor. Un dolor devenido en vacío. Un dolor que implosiona hacia adentro. Un dolor tan irreal, tan absurdo, pero que duele y hiere. Pero, debo despedirte. Porque desde el día en que te soñé no hago más que soñar. Sueño para encontrarte. Sueño buscándote. Sueño soñando un sueño que ya no es sueño. Te agradezco la fantasía vivida. El color pastel de un vida romántica continua. Pero, ¿Sabés qué? De tanto soñar, me olvidé que el mundo es para los despiertos. Para los que se animan a soñar con los pies en la tierra. La Fé es obsoleta sin acción. Y quizás haya  un plan para mi, un destino. Pero no va a venir hacia mi, si no camino hacia él. Me duele en el alma saber que nunca voy a ver esa sonrisa otra vez. Me duele saber que nunca me van a mirar como me mirabas en ese sueño tan real. Pero quizás, eso sea bueno. El amor perfecto no existe. Existen seres perfectos que aman. El amor por si solo no tiene un punto de perfección, porque el amor signa nuestra propia perfección. Atribuirle un valor máximo a algo inconmensurable es solo una manera de distraernos de lo esencial. Y me distraje bastante ya. Hoy necesito mirar al espejo y ver en esa mirada propia el amor de tu mirada. Por mi. Por vos. 

Y quizás. Ese día. El día en que me mire como sé vos me miraste. Quizas, ese día, recién ese día, nos volvamos a encontrar. 

Te amo con la fuerza de mi corazón, que es mucha. Lo suficiente como para huir de nuestra fantasía en busca de nuestra realidad.

Hasta que nos volvamos a ver.

M


miércoles, 20 de agosto de 2014

El Mundo Ilusorio de los Grises

En el A Todo o Nada diario, a veces, nos aparecen algunos Grises que equilibran la puja de fuerzas que es caminar por una ciudad que no conoce matices. El Gris es un color de fusión de claros y de oscuros. El Gris es matiz. El Gris se esfuma en la intensidad del Negro y en la Paz del Blanco.

Pero qué hay del Gris de la Ilusión? Ese Gris de eso que no es nada, pero quisiéramos que fuera todo. Cuando los hechos nos dicen que eso no es ni será: aceptarlo suponer abandonar el camino que, bien sabemos, lleva a ningún lugar. ¿Blanco? ¿Negro? A veces el Gris es una opción también, porque no es ni uno ni el otro, es idilio, es ilusión, es potencial, es subjuntivo, es nada con posibilidades de ser todo... es lo que puede ser. Es ese pequeño espacio de ventana abierta por donde entra la brisa del "quizás" a intentar encender las cenizas de lo que ya se estaba apagando. 

No quiero ser tan Práctico, porque termino, al final, "des-afectivizando" el tan poético mundo de lo platónico... que inspira canciones, novelas, poemas, cuentos y nuestra historia personal de lo que no fue, pero de haberlo sido hubiese sido todo. 

Entonces... ¿Gris?... Hacé lo que quieras... pero el Gris es, al final, perverso. O al menos alimenta mi propia perversión de meterme en el circulo vicioso de la ilusión, donde giro y giro sobre lo que no es, pero de serlo sería todo. ¿Lo sería? No se sabe, y eso es lo adrenalínico.  Que de serlo, quizás, sería aburrido a las dos semanas. Pero al no serlo, permite enarbolar miles de hipótesis que de seguro son más excitantes que el blanco... o menos dolorosas que el negro.

No es culpa de nadie que me lastimen los Grises. Pero, en algunas cosas, la dualidad del blanco/negro permite elegir. Y elegir es ejercer la propia libertad. Al elegir somos libres. En los hechos somos libres. En lo real somos libres. En los Grises... flotamos sobre la nada. 

escapate cuando quieras, pero volvé


martes, 20 de mayo de 2014

Despertar

Siempre fue difícil despertar
Porque implicó abandonar el sueño
Y lo normal es resistirse
Lo nuevo es cambio y es incierto

El sueño eterno es la vida
Sino solo cambio de partida
Partir implica despertar
Llegar es irse sin mirar atrás

Quien quiere despertar?
Si durmiendo uno es feliz
Cual es la idea de cambiar?
Si tibio el charco, y frío el mar

No pretendo defender
Lo estático no esta vivo
Porque hasta una torre se corroe
El mismo tiempo es deterioro

Solo miro las estrellas,
y me pregunto
que sienten ellas?
Parecen quietas, y aun así brillan

Solo hay que despertar
Para entender que somos más que un sueño
Somos polvo y somos aire
Somos viento y somos mar

El sueño de tan cómodo es dolor
Dolor de tiempo que corroe
El óxido marca tu final
Y ya no vas a despertar

Solo hay que despertar
Para elegir equivocarse
Error mas mío y no de un otro
Error que marca que soy Libre

La libertad es fin de un sueño
Es despertar con Marte al lado
Es inclinarse en la cornisa
Y saltar al pozo sin pensar

Despertar, tenés que despertar











sábado, 17 de mayo de 2014

Venus en Piscis

Hoy soy preso de un beso que no fue
Reino de todo lo que no es, ni será
Idilio lisérgico de lo imposible
Montaña rusa de adrenalina

Todo  sueño es interesante
La realidad no es atractiva
Es real, y es quimera
Es efímera y  es peligro

Qué será de todo lo que me invente
Si pierde toda irrealidad
Qué será de todo lo que me invente
Si un día ser convierte en piel
                         
Viví de cuentos que me conté al dormir
Pero que olvidé dar un final
Soñé en miradas encontrarme a  mí
Y me perdí mientras más buscaba

Encontré tu nombre en un papel
Y no hice más que esperar
Te escribí mil cartas
Te pedí que vengas
Pero si venis
No hay más cuentos que contar

Qué será de todo lo que me invente
Si un día en mi piel estás
Qué imagen me devolverá
El espejo de tu cuerpo y su verdad

Que divertido jugar al solitario
Nadie pierde, nadie gana
Nadie me mira al despertar

Quien quiere algo real?
Cuando en cuentos todo es perfecto
Nadie sufre, nadie crece
Nadie muere, nadie vive en libertad

Solo sigo mi camino,
Esperando que tu nombre
Escrito acá en este papel
Nunca se haga realidad

Es que mi sueño es perfecto
Y no lo es la realidad
Si tu beso se hace piel

No hay más cuentos que contar

sábado, 15 de marzo de 2014

Valiente

Valiente no es el arriesgado, ni el temerario
Valiente no significa luchar contra ningun miedo
Valiente no es enfrentar quimeras o saltar a ningun agujero negro
Valiente no es el que se tira desde un avión a la nada misma
Valiente no es el que abraza al temor
Ni el que arriesga, ni el que gana, ni el que pierde

VALIENTE ES EL QUE SE DA VALOR

Y no es ninguna tautología

Valiente es quien se da valor a si mismo,
valor no es aliento, es sino el precio que uno paga por si mismo.
Valor es merecimiento
Valor es amor, a uno.

VALIENTE ES EL QUE SE DA VALOR

Y si uno paga lo suficiente por si mismo, ¿cómo habría de tener miedo a algo?
Si en la dualidad MIEDO/AMOR, solo el segundo es REAL.
Si hay valor, hay amor.
Si hay amor, no existe miedo tal

VALIENTE ES EL QUE SE DA VALOR

Y qué es una quimera sino la invitación a pagar miseria por uno.
Si soy mísero conmigo, ¿qué puedo esperar sino miedo?

VALIENTE ES EL QUE SE DA VALOR.

No olvidar.

viernes, 14 de marzo de 2014

Cuento: "Por vos".

Noche de luces anaranjadas. Calle vacía y viento suave, constante. Caminar era danzar con el polvo de lluvia hecho gota fría en la cara. Silbar era componer música con la noche, y respirar era alimentarse de su tibio misterio.

Mentiría si dijera que mi mente era clara y franca. Al contrario: pensamientos miles se intercambiaban en corto intervalo y conectaban unos con otros formando una clase de guión. Ni tranquilo, ni exaltado. Caminaba buscando respuestas. No inocentemente había dejado mi casa en la ciudad para moverme entre los arboles hasta el camino al mar. Necesitaba menos ruido, y más melodía. Necesitaba menos diarios y más respuestas. Necesitaba conectar con lo que en la selva de asfalto y humo me era imposible conectar.

Cerca de las 8 de la noche seguí el viento sur y me fui a ver la noche nacer oscura en el horizonte de un mar que canta a grito pelado, y golpea con olas altas la arena en señal de protesta constante. El mar no soporta que viva en montañas de hierro gris. El mar quiere y pide que me entregue a su danza ancestral. Danza que te inventa. Danza que transmuta pena en sal.

El camino al mar, iluminado en noche y naranja, era de arena y hierba verde pálido. Estaba rodeada de arboles bajos fundidos en bosque. Llovía, poco. Y solo se podía oír el mar bramar.

Escuché una voz, cantar. La melodía era dulce. La armonía era melancólica. El color de voz era puro, y claro. Cantaba en un idioma distinto al mío. Pero era una voz que jamás pude olvidar.

Rompí en llanto. Su melodía había movido piezas de mi rompecabezas interno. Me caían las lágrimas y solo ansiaba llegar para ver la luna salir.

Estaba tan oscuro, pero su voz iluminaba la oscuridad hecha música. Esa voz me abrazaba y me empujaba más y más cerca al mar. No sentía las piernas, porque flotaba. La música era transporte de mi llanto hecho poema y dolor.

Sentía las manos que vi partir. Sentía la caricia que ya no vuelve. Sentí el dolor de decir adiós. Sentí la pena de ese nunca más. Sentí sus ojos cerrarse en mi. Sentí su sonrisa de nuevo en mi.

“Te fuiste” dije.

“Nunca”, me dijo.

“Me dejaste” dije.

“Soy en vos”, me dijo.

El viento me envolvió y la música subió hasta ensordecerme, y de rodillas caí en la arena.

Desperté con el sol en mi cara. Con la arena hecha frazada. Y el mar calmo, tibio, estético, espejando el cielo azul.

A mi lado, un corazón con alas dibujado en la arena.

Volví a mi casa. Y nunca volví a pisar el mar.


Por vos.